domingo, 17 de noviembre de 2019

Búsqueda


No está en este impreciso momento ni en estos lugares, todos tan similares entre sí. Sitios mareados. Sitios mentirosos. No sé cuándo supe que hoy sería ese día en que no sé dónde se encuentra, o si siempre supe que fui yo una búsqueda perdida. Ni siquiera sé si existe este silencio.

Llegué engañado a este cúmulo de dudas, a este renglón escrito luego de ser tachado. Cierto es que me veo buscando y girando entre cada centímetro de tiempo, en cada segundo de este espacio y en cada una de estas crueles repeticiones. Me veo y me veo verme, ese terco, ese evasor que no reconoce el engaño.

Parece y parece ser no es lo mismo, levanto, me agacho, permanezco, rasco, hurgo, reviso, por debajo y por encima, desmantelo el lugar de turno y la hora enrarecida me confunde, porque conozco sus rincones pero no los míos, los verdaderos rincones donde debería estar perdido.

La verdad suele escaparse de espacios como éstos, la alegría se hartó de la ruina cuando yo era apenas un chico, la juventud firmó algún tipo de acuerdo que esconde bajo llave y la vejez no para de hablarme del cielo.

Estaba tan seguro de haber apretado bien los botones. Abrí y cerré varias puertas o cajones, presté y me prestaron linternas, me senté en tantas aceras para disculparme con el pasado. En muchas de estas búsquedas traje abrazos de vuelta a casa, algunos originales y otros “copia fiel”, traje casi siempre al mismo miedo molido a golpes, a cientos de recuerdos guardados en pompas de jabón pensando que éstas aguantarían, así al desmoronarme entre el fracaso de sobras y de tabaco hice recuento de vasos y de huellas, de principios y de dolores. Así vuelvo como volví hoy y temo que volveré mañana, desorientado, haciendo poquito ruido y mucho eco.

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