martes, 29 de julio de 2014

No me den vuelta


No sé si han notado que casi todos andamos, en general, hacia adelante, es raro que caminemos en reversa.

Cuando inicié esta suerte de retroceso, fue por saber que se me escapó algo (nada de llamarlo presentimiento), y cuando nos pasamos por alto un “algo” debemos volver un par de pasos. Bueno, quizás mi trecho se está haciendo un tanto extenso.

Como no estamos acostumbrados a ir de esta forma lo hacemos con notable torpeza y lentitud, no tardé mucho en darme cuenta. Esta complicación fisiológica se debe a que instintivamente tendemos a ir hacia el frente; porque casi todas las partes software que asimilan, dilucidan y recrean, están en la parte delantera: El equilibrio de nuestra nariz, de nuestros dedos de los pies, de nuestros ojos, de nuestra boca...

En fin, cuando el camino hacia atrás se alarga comienza a ser demasiado para los demás, para los que van, por decirlo de alguna manera, en tu contra. Empiezan los avisos ante posibles choques, el fastidio generalizado por el idiota que vuelve sobre sus pasos viejos en reversa. En mi caso voy pegadito a la pared, palpándola como a una leal amiga de ciego primerizo. Porque los ojos no sirven tanto en esta situación (y digo “tanto”): Lo que debería agrandarse se achica, lo que debería estar cada vez más cerca se aleja. Pero algo hubo detrás, y sí, pura espalda terca y talones que se saben al borde de la caída a cada paso, talones indignados por no haber nacido para esto buscando conmigo ese “algo” en lo más estrecho de la vereda.

Bocinazos de voz, caras que se giran repulsvias a-casi-nada de pasar a tu lado, labios que balbucean un insulto con los dedos hechos un puñado, yendo hacia arriba y hacia abajo “¿qué hacés estúpido?”. Y el estúpido tiene algo de insulto grande, serio, podría decirse que si alguien suelta un “estúpido” está al borde de hacerte mucho más daño. Casi de inmediato otro que te insulta, o eso parece. Así pasan a cada rato los murmullos dados vuelta, murmullos que después se desdoblan y siguen andando mientras vos ves como se achican, para luego desvanecerse en el umbral de la dirección “correcta”.

De ir en reversa bracearían más despacio, respirarían más cortito, es la atención que requiere el pensar mucho en tu cuerpo desacostumbrado. No es como ir hacia atrás en el tiempo, no soy tan exagerado, pero bueno... casi.

Lo que hubo detrás puede iniciar también sus pasos en reversa, está en todo su derecho, a fin de cuentas yo pasé de largo. De cualquier manera no pienso darme vuelta, me voy acostumbrando a ir despacio y atento. Me voy acostumbrando al hecho de que doy un paso, de que doy dos, de arrastrar un poquito los pies por si hay algún escalón hacia arriba o hacia abajo; también a ver como todo en lugar de agrandarse se achica. Yo podría haber girado e ir como corresponde, lo que se llama “volver”, es lo que todos me siguen diciendo cuando me esquivan, pero no es lo mismo, “volver” sería buscar aunque con el deseo quebrado. Mi búsqueda empezó y continúa de esta manera.

Entonces no.

Mi marcha seguirá convencida, optimista... Que también me pueden estar esperando quietos, sin haber ido a ningún lado, así cuando pase bien cerca voy a percibir una nueva imagen que se achica en lugar de agrandarse, pero que en este caso lo hace más lento, y además... una que por fin sonríe y no me grita tanto. También puede venir hacia adelante ese algo, he allí la esperanza de ir semi ciego, puede abrazarme por la espalda, excepcionalmente, con cuidado para que no me caiga, tapándome los ojos casi inservibles a modo de adivinanza, “¿quién soy?”... como si importara, “¡vos seguime abrazando!”.  


viernes, 25 de julio de 2014

solo

hoy solo no puede significar solamente, ni las mayusculas pueden ser esdrujulas, graves o agudas, hoy me quedo atras de este parrafo lleno de saliva gruesa y de comas, porque recien sorprendi a los dias con el autocorrector debajo de mis pasos marcando con un firulete rojo cada uno de mis errores inevitables, mis propios pasos señalando con sus dedos carcomidos, feos e hipocritas, y yo aca teniendo que revisar mis huellas para ver si entiendo por que he sido declarado culpable, entonces repaso o rehago este texto muy enfadado, sin permitir que se me escape una tilde, que vuele asi mi dignidad con su musiquita de espera, que esto no se convierta en historia, nada de punto y coma, aprieto los puños lo mas que pued pero nadie puede salir lastimado por mas fuerza y por mas entrañas que ponga, que desaparezcan entonces los parentesis y los abrazos, los puntos o los personajes, me muerdo un labio enajenado al ver a mi soledad despreciada entre la gente, y ni mi boca entiende por que destilo tanto daño, a quien le importan los guiones y las voces en off, que la tinta hoy sea un desperdicio, una suerte de texto lleno de chicles pegados en las suelas y en las manos, con los restos de baba tutti fruti de algún pervertido encubierto, que el dolor que me provoca este parrafo interminable y tedioso sea torturado a la vista de los puntos suspensivos, de la esperanza, que la obliguen a mirar, si, a la esperanza, que despues la amenacen de muerte para que se ande con cuidadito, porque si escribo un parrafo mancha de grasa o un parrafo escupida procurando que no haya un solo acierto, con el silencio sangrando de las muñecas, lo hago por una suerte de reproche existencial, coma tras coma, me ahogo entre puntos ausentes, cuando de repente mi voz atragantada sugiere que seria mejor sentarme de cara al mundo sin estar tan enojado, si ni siquiera sabes si es enojo o si es tristeza, dice, si no entendes por que de ser tristeza envicia tanto, quizas sea cierto y no tengo que escribir sin contar con el cariño suficiente para poner un punto seguido, que perdone o que al menos acaricie, pero que mejor que escribir mal, me digo yo de repente entero, sin signos de admiracion, sin las comillas que tantas noches permanecen abiertas y en blanco, entonces vuelvo a mirar por mi ventana, que no muestra mas que cemento y altura inservible, me acerco y tiro una colilla al vacio para ver si alguien reacciona, ya sin verguenza por la falta de dieresis, con un derrame en la respiracion, porque si el mundo gira no me estoy dando cuenta, y me pregunto de que serviria gritar hacia afuera, para que un signo de interrogacion, habiendo tantos locos y tantos balcones, quizas el pobre grito se asusta y se pega la vuelta, me rasco la cabeza temblando, con el llanto que me extorsiona, me digo despacito que el solo no puede ser solamente, hoy no hay tilde que se atreva a cambiarlo, termino escribiendo que este parrafo se muere con una coma, bien escondida detras de mi odio a tener tanto miedo, de mi miedo a tener tanto odio, de mis pasos